En
la Escritura encontramos tres afirmaciones principales sobre el ser de Dios.
Las encontramos en el Nuevo Testamento y
fueron enunciadas por el apóstol Juan y son sumamente expresivas. En la primera
Juan nos dice que “Dios es espíritu” (Juan 4:24); en la segunda nos dice que
“Dios es Luz” (1Juan 1:5), y en la tercera y última afirmación nos dice que
“Dios es amor” (1Juan 4:8). Es sobre esta última afirmación de Juan que nos
ocuparemos en esta breve reflexión sobre los atributos de Dios.
Cuando
la Escritura manifiesta que “Dios es amor”, revelando así que el amor es uno de
sus atributos esenciales, no hace uso de una frase poética, cursi, sensiblera o
rosa, de ligero y trivial significado, sino que, contrariamente, al hacer uso
de esta sencilla y hoy por hoy conocidísima frase, la Escritura nos está
manifestando una de las más completas y complejas definiciones o afirmaciones
sobre Dios. Y aunque todos hablamos en nombre del amor en casi todos los
niveles de nuestras relaciones, cuando hablamos del amor de Dios nos
encontramos con el problema de que el amor de Dios es en muchos aspectos
radicalmente diferente a lo que la mayoría de nosotros comúnmente llamamos
amor. Como en todas las cosas relacionadas con la persona de Dios, debemos
dejar que sea la misma Escritura la que nos devele y presente los detalles
relacionados con el amor de Dios. Algunas de las características que del amor
de Dios nos presenta la Escritura son:
1.- Nace en Dios mismo y de sí mismo: Esto
significa que la causa de su amor está en Dios y no en sus criaturas. Dios ama
de sí mismo independientemente de que el objeto de su amor sea merecedor o no
de su amor (me expreso así a sabiendas de que nadie lo es) porque en su naturaleza
amar es su prerrogativa y sola decisión. Recordemos que el amor es una
decisión; Dios ha decidido manifestar amor, su amor…
“No por ser vosotros más que todos los pueblos os ha querido
Jehová y os ha escogido, pues vosotros erais el más insignificante de todos los
pueblos; sino
por cuanto Jehová os amó, y quiso guardar el juramento que juró a vuestros
padres, os ha sacado Jehová con mano poderosa, y os ha rescatado de
servidumbre, de la mano de Faraón rey de Egipto”
(Deuteronomio
7:7-8)
“Nosotros le amamos a él, porque él nos amó primero”
(1Juan 4:19)
2.- Es eterno: El amor de Dios al igual que todos
sus atributos es eterno tanto en su origen como en su permanencia en el tiempo.
A los que Dios ha amado los ha amado desde la eternidad; siempre estuvieron y
estarán en su corazón de Padre amante. Nuestros afectos se desarrollan por
asociaciones y requieren de tiempo para fortalecerse, pero con Dios no sucede
así. El en su perfecto y eterno carácter ha amado desde siempre, eternamente.
“Jehová se manifestó a mí hace
ya mucho tiempo, diciendo: Con amor eterno te he amado; por tanto, te prolongué
mi misericordia”
(Jeremías
31:3)
“Según nos escogió en él antes
de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de él, en amor
habiéndonos predestinado para ser adoptados hijos suyos por medio de
Jesucristo, según el puro afecto de su voluntad”
(Efesios
1:4-5)
3.- Es soberano: Responde a su sola soberana,
misteriosa e incuestionable sola decisión de amar a aquellos a quienes ha
decidido amar. Este aspecto es muy difícil de abordar, comprender y aceptar,
pero la Escritura parece manifestar que esto es así…
“Yo os he amado, dice Jehová; y dijisteis: ¿En qué nos
amaste? ¿No era Esaú hermano de Jacob? dice Jehová. Y amé a Jacob, y a Esaú aborrecí, y convertí sus montes en desolación, y abandoné
su heredad para los chacales del desierto”
(Malaquías
1:2-3)
“Como está escrito: A Jacob
amé, mas a Esaú aborrecí”
(Romanos
9:13)
4.- Es infinito: Con esto queremos decir que es
inimaginablemente grande, no tiene límite alguno conocido, es un amor capaz de
cosas humanamente imposibles, solo dignas y posibles de Dios. La grandeza del
amor divino se evidencia en el elevadísimo costo, infinitamente alto, que Dios
asumió para poder manifestar su amor a seres indignos y completamente
arruinados por el mal en sus corazones y estilo de vivir.
“Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo
unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida
eterna”
(Juan 3:16)
“Pero Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor con que nos
amó…”
(Efesios 2:4)
5.- Es inmutable: Su amor, como todas los demás
aspectos (conocidos y no conocidos) que conforman su ser, permanece inalterable
de eternidad a eternidad; no hay manera en que pueda cambiar en modo alguno
haciéndose más fuerte o más débil; es cómo todos los aspectos que conforman y
manifiestan su ser, perfecto e inmutable (no cambia).
“Toda buena dádiva
y todo don perfecto desciende de lo alto, del Padre de las luces, en el cual no
hay mudanza, ni sombra de variación”
(Santiago
1:17)
6.- Es santo: Su amor se manifiesta en su trato
para con los objetos de su amor interesándose en perfeccionarlos y
disciplinarlos si es necesario para que estos puedan más perfectamente
disfrutar de la plenitud de sus bondades y gracias en la vida terrenal. No es por tanto un amor
condescendiente y permisivo en lo moral, sino por el contrario, se manifiesta
como celoso, exigente, posesivo y demandante de exclusividad.
“Porque el Señor al que ama, disciplina, y
azota a todo el que recibe por hijo”
(Hebreos 12:6)
7.- Es benigno: Y tal vez la más consoladora y dulce
característica del amor de Dios es que su amor es benigno, es decir, busca y
persigue el bien de los objetos de su amor, esto es nosotros y su creación. Sea
que se manifieste de manera consoladoramente tierna, o sea que lo haga de
manera incompresiblemente dolorosa, la Escritura nos invita a recordar y tener
presente en todo tiempo y circunstancia del vivir, que en la esencia misma de
ese amor está presente en intención, propósito y alcances la bondad de nuestro
Dios, su amor es bueno, es benigno siempre…
“El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que
lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará también con él todas las
cosas? ¿Quién
acusará a los escogidos de Dios? Dios es el que justifica. ¿Quién es el que condenará? Cristo es el que murió; más aun, el que
también resucitó, el que además está a la diestra de Dios, el que también
intercede por nosotros. ¿Quién nos separará del amor de
Cristo? ¿Tribulación, o angustia, o persecución, o hambre, o desnudez, o
peligro, o espada? Como está escrito: Por causa de ti somos muertos todo el
tiempo; Somos contados como ovejas de matadero. Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por
medio de aquel que nos amó. Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni
ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir,
ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos
podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro”
(Romanos
8:32-39)
¿Podemos
pensar en alguno que haya sido más perfectamente amado por el Padre que el
Señor Jesucristo? Pero aunque Cristo era el amado del Padre el Hijo en quien Él
tenía contentamiento, sin embargo le vimos padecer en el transitar de su vida:
vivió en pobreza, sufrió afrentas, persecuciones, tuvo hambre, sed, no tuvo
donde recostar su cabeza, fue herido y asesinado, pero era (nunca dejó de
serlo) el amado del Padre. Recordemos entonces en todo tiempo,
independientemente de las dificultades que nos toque enfrentar, que Dios es
amor y que su amor nos es propicio y seguro, pues es un hecho firme y
maravilloso: ¡Dios es amor!
Antonio Vicuña
Saludos, por lo menos da gracias a Dios que transcribiste desde:
ResponderEliminarLOS ATRIBUTOS DE DIOS, Parte 14 – El amor de Dios por A.W. Pink, y recibiras honor por lo menos por el merito de hacerlo..
da honor y respeto a quien honor se merece.
Saludos amigo "anónimo". Cualquier creyente que tenga un poco de "recorrido" en la literatura y los caminos del Señor sabe que "Los atributos de Dios" es una obra clásica de A.W.Pink. Lo que he hecho al compartir esta serie es en cierta forma tomar algunos de sus planteamientos, parafrasear otros, abordar algunos desde otra perspectiva, en fin... el Señor a quien sirvo sabe que la idea no fue hacer un vulgar plagio (y en ninguno de los atributos compartidos se puede decir que lo hay, ni siquiera en este que tan maliciosamente insinúas, pues si lees con atención notarás que no hay correspondencia entre el texto de Pink y lo que he compartido en cada subdivisión del tema). En todo caso, pienso ahora, que por razón de evitar suspicacias y señalamientos como el tuyo sería conveniente agregar una pequeña nota aclaratoria al respecto, tal vez me decida ha hacerlo, saludos!
EliminarÁnimo pastor, gracias a Dios pude encontar este estudio en internet; estudio que aunque haya sido recopilado de nuestro buen hermano A.W. Pink, creo que me ayudó a entender y comprender mejor algunos asuntos, y gracias a la observación de "anonimo", podemos humildemente mantener nuestra sana intención para que no se vea mancillada, ni mal interpretada... siga adelante.
EliminarGracias por compartirlo . Me toco dar un estudio en la reunión de mujeres de mi iglesia sobre este atributo y este material me ayudo mucho. Dios te bendiga.
ResponderEliminarLeí este artículo teniendo a mi lado una impresión de "Los atributos de Dios" de Pink. Lo hice a efectos de complementar comentarios sobre el tema. Por supuesto, noté la gran similitud entre ambos y, en aunque el hno. Vicuña se haya basado en Pink, lo considero válido, ya que, si bien no dice que tomó el libro de Pink como base, tampoco dice que es de su propia autoría. Mi ánimo no es justificar ni condenar, tampoco podría, por supuesto. Sólo quiero decir que, si lo expuesto en el artículo es respaldado por la única fuente inerrante, la Palabra de Dios, es de bendición. No estamos para exaltar los méritos de los hombres, sino para exaltar a Cristo. Que el Señor los bendiga a todos.
ResponderEliminarUna pregunta, si el amor es una desición, como es que Dios es amor? Me refiero a que como podemos definir al amor como desición?
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