jueves, 4 de mayo de 2017

GUIA DE ORACIÓN PARA TIEMPOS DE CONFLICTO Y OPRESIÓN


   La oración es la llave que abre todas las puertas que han de atravesar los hijos de Dios en su caminar por la vida cuando intentan vivir de acuerdo con la buena voluntad de su Señor. Jesús advirtió a sus discípulos sobre las aflicciones que tendrían en su peregrinar por la vida, pero también les instó a que confiaran en él, pues él había vencido al mundo (el sistema injusto anti-Dios). A continuación les comparto cinco aspectos que creo debemos considerar en nuestra dinámica de oración en estos tiempos particulares que vivimos, lo hago en la esperanza de que puedan ser de alguna luz y utilidad…

1.- Pedir que el reino de Dios venga y que se haga su voluntad: La oración modelo del “Padre nuestro” nos enseña que en nuestras oraciones hemos de pedir porque el reino de Dios y la voluntad de Dios se manifiesten en nuestra esfera de vida y convivencia (Mateo 6:10), ¿la razón de esta petición? Porque esto es una apremiante necesidad en nuestro vivir y porque solo esto (la manifestación de los valores del reino de Dios) puede dar satisfacción a las necesidades esenciales y pragmáticas de nuestro vivir.  

2.- Pedir que el poder de Dios quebrante las obras de Satanás: Jesús también habló sobre la realidad de la oposición espiritual en la dinámica de la vida cristiana. Oposición que es atribuida sin ambages a Satanás, el enemigo de Dios, quien a veces arremete contra los hijos de Dios para zarandearlos como a trigo, o se acerca a ellos para tentarlos hacia el pecado, o actúa sembrando mala semilla en las labores de vida que realizan. Todo lo anterior debe llevarnos a pedir a Dios en nuestras oraciones que con su poder quebrante la obra y planes de Satanás; que con su poder trastorne y quebrante el poder y los planes del enemigo contra nuestras vidas, y que con su poder quebrante el dominio de Satanás sobre nuestras familias, comunidad y nación. Podremos entonces comprender y experimentar la satisfacción del Señor cuando dijo “Yo veía a Satanás caer del cielo como un rayo” (Lucas 10:18).

3.- Pedir que el Señor haga misericordia, juicio y justicia: En nuestras oraciones hemos de pedir que Dios el Señor Altísimo haga misericordia, juicio y justicia en la tierra (Jeremías 9:24). Las tres cosas: misericordia, juicio y justicia. Que él tenga misericordia del que quiera tener misericordia (Romanos 9:15); que él juzgue las causas de la opresión y de la injusticia como él quiera hacerlo, y que él haga brillar su justicia para con todos aquellos que claman a él esperando en su poder y salvación (Lucas 18:7).

4.- Pedir de manera perseverante y sin desmayar hasta ver la respuesta: La oración que recibe respuesta es la oración que prevalece. La que sin desmayar es elevada ante el trono de la gracia; la que en tiempo de apuro y angustia aún en medio de gran debilidad es levantada cual bandera de clamor pidiendo ayuda y socorro de lo alto; la que aún en tiempo de oscuridad y tempestad no obstante mantiene el fuego de su ruego encendido siempre presente delante del altar divino (Lucas 18:1).

5.- Pedir con una actitud humilde y de verdadera fe: En tiempos de conflicto y opresión la oración que hace la diferencia no es la que decreta, manda y ordena, sino, por el contrario, la que ruega, suplica y clama; aquella que se eleva desde el suelo mismo reconociendo que a menos que el poder divino intervenga en nuestro auxilio estaremos perdidos;  aquella que aún partiendo de la ignorancia y el desconocimiento de muchas causas y razones, sin embargo, reconoce que Dios que sabe todas las cosas, puede conceder respuesta más allá de lo que pedimos o entendemos (Efesios 3:20).

   En tiempos de conflicto y opresión solo la oración puede marcar la diferencia en la vida de los hijos de Dios...capacitándolos para resistir los tiempos malos; forjando valentía en sus corazones para enfrentar la adversidad sin temor; impartiendo paz y serenidad durante el paso de la tempestad; obrando como la llave que abre las puertas de lo providencial en la vida diaria; inyectando una dosis de esperanza suficiente como para poder ver la futura pero segura redención que el Señor concederá según sus trascendentes propósitos para con cada uno de sus escogidos amados.   

   En Mayo de 2017, Antonio Vicuña.

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