La oración es la llave que abre todas las
puertas que han de atravesar los hijos de Dios en su caminar por la vida cuando
intentan vivir de acuerdo con la buena voluntad de su Señor. Jesús advirtió a
sus discípulos sobre las aflicciones que tendrían en su peregrinar por la vida,
pero también les instó a que confiaran en él, pues él había vencido al mundo
(el sistema injusto anti-Dios). A continuación les comparto cinco aspectos que
creo debemos considerar en nuestra dinámica de oración en estos tiempos
particulares que vivimos, lo hago en la esperanza de que puedan ser de alguna
luz y utilidad…
1.- Pedir que el reino de Dios venga y que se haga su voluntad: La
oración modelo del “Padre nuestro” nos enseña que en nuestras oraciones hemos
de pedir porque el reino de Dios y la voluntad de Dios se manifiesten en
nuestra esfera de vida y convivencia (Mateo 6:10), ¿la razón de esta petición?
Porque esto es una apremiante necesidad en nuestro vivir y porque solo esto (la
manifestación de los valores del reino de Dios) puede dar satisfacción a las
necesidades esenciales y pragmáticas de nuestro vivir.
2.- Pedir que el poder de Dios quebrante las obras de Satanás: Jesús
también habló sobre la realidad de la oposición espiritual en la dinámica de la
vida cristiana. Oposición que es atribuida sin ambages a Satanás, el enemigo de
Dios, quien a veces arremete contra los hijos de Dios para zarandearlos como a
trigo, o se acerca a ellos para tentarlos hacia el pecado, o actúa sembrando mala
semilla en las labores de vida que realizan. Todo lo anterior debe llevarnos a
pedir a Dios en nuestras oraciones que con su poder quebrante la obra y planes
de Satanás; que con su poder trastorne y quebrante el poder y los planes del
enemigo contra nuestras vidas, y que con su poder quebrante el dominio de
Satanás sobre nuestras familias, comunidad y nación. Podremos entonces
comprender y experimentar la satisfacción del Señor cuando dijo “Yo veía a
Satanás caer del cielo como un rayo” (Lucas 10:18).
3.- Pedir que el Señor haga misericordia, juicio y justicia: En
nuestras oraciones hemos de pedir que Dios el Señor Altísimo haga misericordia,
juicio y justicia en la tierra (Jeremías 9:24). Las tres cosas: misericordia,
juicio y justicia. Que él tenga misericordia del que quiera tener misericordia
(Romanos 9:15); que él juzgue las causas de la opresión y de la injusticia como
él quiera hacerlo, y que él haga brillar su justicia para con todos aquellos
que claman a él esperando en su poder y salvación (Lucas 18:7).
4.- Pedir de manera perseverante y sin desmayar hasta ver la respuesta: La
oración que recibe respuesta es la oración que prevalece. La que sin desmayar
es elevada ante el trono de la gracia; la que en tiempo de apuro y angustia aún
en medio de gran debilidad es levantada cual bandera de clamor pidiendo ayuda y
socorro de lo alto; la que aún en tiempo de oscuridad y tempestad no obstante
mantiene el fuego de su ruego encendido siempre presente delante del altar
divino (Lucas 18:1).
5.- Pedir con una actitud humilde y de verdadera fe: En
tiempos de conflicto y opresión la oración que hace la diferencia no es la que
decreta, manda y ordena, sino, por el contrario, la que ruega, suplica y clama;
aquella que se eleva desde el suelo mismo reconociendo que a menos que el poder
divino intervenga en nuestro auxilio estaremos perdidos; aquella que aún partiendo de la ignorancia y
el desconocimiento de muchas causas y razones, sin embargo, reconoce que Dios que
sabe todas las cosas, puede conceder respuesta más allá de lo que pedimos o
entendemos (Efesios 3:20).
En tiempos de conflicto y opresión solo la
oración puede marcar la diferencia en la vida de los hijos de
Dios...capacitándolos para resistir los tiempos malos; forjando valentía en sus
corazones para enfrentar la adversidad sin temor; impartiendo paz y serenidad
durante el paso de la tempestad; obrando como la llave que abre las puertas de
lo providencial en la vida diaria; inyectando una dosis de esperanza suficiente
como para poder ver la futura pero segura redención que el Señor concederá
según sus trascendentes propósitos para con cada uno de sus escogidos amados.
En Mayo de
2017, Antonio Vicuña.
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