lunes, 28 de mayo de 2012

LA HISTORIA DE ABRAHAM Y SARA


Sí, mi señor
La historia de Abraham y Sara



     "A nosotros no se nos ocurriría que una esposa llamara a su esposo “mi señor” en nuestra cultura. Pero en aquellos tiempos esa era la forma en que una esposa podía expresar su sometimiento. Y, cosa curiosa, estos dos principios, fe y sumisión, realmente van juntos. Para una esposa, sumisión es básicamente fe en que Dios está obrando a través de su esposo para llevar a cabo lo que es mejor para ella. Y ésa es la historia de la vida de Sara con Abraham...Sara era una mujer inteligente y capaz. Pero cuando se caso con Abraham, tomó una decisión, estableció como misión vitalicia la tarea de ayudar a su esposo a cumplir los propósitos que Dios tenía para él. Eso no era debilidad. Era la voluntad de Dios para la vida de ella, la verdadera sumisión bíblica. Algunas esposas han estado saboteando sistemáticamente el plan de Dios para su esposo, porque no han querido creer en Dios ni entregarse a su sabiduría. Simplemente no confían en que Dios obra por medio de su esposo para llevar a cabo lo mejor. Creen estar cooperando con Dios al tratar de dominar a su esposo".

     "...Demasiados son los hombres que rehúsan pedirle consejo a su esposa. Creen que el ser cabeza de familia implica hacer todo lo que les plazca, sin discutirlo con su esposa para llegar a un acuerdo mutuamente aceptable. Temen que su esposa quizá encuentre fallas en su lógica, o que quizá exponga su egoísmo de mente estrecha. De manera que siguen adelante con sus planes, y luego la familia entera sufre las consecuencias...Hay esposos que hacen que su esposa se sienta estúpida y como que sus ideas son ridículas y sus opiniones carecen de valor. El esposo que así procede es el realmente ignorante, ha despreciado lo mejor que Dios le ha dado. Si la esposa dice al esposo que hay un problema en su matrimonio, Dios quiere que él le preste oídos, que oiga su evaluación de la situación, los cambios que ella cree que han de hacerse. ...Uno de los problemas que más prevalecen hoy entre los matrimonios cristianos, es que el esposo tiene demasiado orgullo para admitir que algo anda mal, y es demasiado terco para ponerle remedio. Quizás Dios quiera iluminarlo valiéndose de su esposa".

     Estas palabras de Richard Strauss han sido extraídas del artículo dedicado a la relación matrimonial de Abraham y Sara. Si lo deseas puedes tomarte unos minutos para leer la narración completa en la sección "Vida Matrimonial" de este blog en el siguiente enlace:   La historia de Abraham y Sara

     Dios bendiga tu vida y familia, Antonio Vicuña.

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