viernes, 20 de agosto de 2010

DAVID Y EL GIGANTE DE GAT



      El encuentro entre David y Goliat es uno de los relatos más famosos de la Biblia; el mismo se encuentra en el primer libro de Samuel (1Sam.17:1-51) y, aunque sobre ese suceso se han escrito numerosos mensajes, pienso que el mismo sigue siendo un semillero de principios y lecciones para la vida cristiana, especialmente en lo que se refiere a la batalla que libra el cristiano por honrar el nombre de su Salvador. Consideremos algunos de estos principios a  continuación.
      
1.- La escena del encuentro (vs.1-3)
      Dos ejércitos frente a frente, en orden de batalla. El pueblo de Dios ante los enemigos de Dios. No es una escena nueva e inédita; desde los primeros pobladores del mundo hasta nuestros días dos grandes ejércitos caminan sobre la tierra; dos grupos se encuentran enfrentados en una batalla sin tregua; ayer era Israel ante los Filisteos, hoy es la Iglesia ante el mundo como sistema organizado que se opone activa y manifiestamente a Dios y su autoridad. 
      ¿Quién ha de tomar la iniciativa? La iniciativa debía tomarla el pueblo de Dios, pero Saúl, el rey de Israel, estaba mal espiritualmente, por lo que los filisteos tomaron la iniciativa.

      Principio: Si los hijos de Dios no toman la iniciativa en la batalla espiritual, el enemigo lo hará.

2.- El líder del ejército enemigo (vs.4- 11)
      Goliat de Gat era quien lideraba las tropas filisteas, un acorazado guerrero (usaba un casco de bronce; una malla de bronce de unos 57kg ; tenía sus piernas recubiertas como con escamas de bronce; su lanza era de unos 2m de largo y con una punta de hierro de unos 7kg ; usaba una jabalina entre sus hombros; una espada en su mano y un escudero con su escudo delante de él);  y su estatura aproximada habría de ser de unos 2.60-3.20 m altura. Goliat es un tipo y figura del enemigo espiritual del pueblo de Dios. No es un hombre cualquiera, tampoco es un guerrero corriente; pero más importante aún, su proceder no es el de un hombre natural, es el proceder de uno que está dominado e instigado por el poder de Satanás, por lo que la forma como se desarrolla este encuentro y cómo se obtiene la victoria es de un gran valor para los creyentes en todos los tiempos. 
     Ante la pasividad del ejército de Israel Goliat toma la iniciativa e impone las condiciones de la batalla  estableciéndolas a su conveniencia. Saúl y los de Israel no estaban obligados a aceptar las condiciones propuestas, pero el temor los dominaba (vs.11) . Durante 40 días Goliat injurió al pueblo de Dios (vs.16). Fueron 40 días de improperios que minaban el ánimo y oprimían con temor al pueblo de Dios (vs.24).

      Principio:  El enemigo siempre tratará de imponer sus condiciones e intentará llevarnos a su terreno. Mientras el cristiano calle el enemigo voceará y hará escarnio por el silencio del pueblo de Dios. Mientras el creyente se resigne a escuchar pasivamente las palabras que provienen del campo del frente, del campo enemigo, no podrá ver la gran victoria que Dios puede obrar a su favor. El enemigo tiene muy claro el valor del continuo golpear (cada mañana y cada tarde por ¡cuarenta días!)

3.- La llegada de David al campo de batalla (vs.17-23)
Una mañana un rumor corre entre las filas de los soldados: al fin hay alguien que quiere hacer frente al filisteo. No es ninguno de los del ejército de Saúl. Ni siquiera es alguien que con frecuencia estuviese con ellos. Un joven llegó esa mañana por “casualidades de la vida” a llevar una encomienda familiar para sus tres hermanos que servían en el ejército de Saúl. Llegó en el preciso momento en que los ejércitos se ponían frente a frente en orden de batalla y cuando el filisteo Goliat lanzaba su escarnecedor insulto al ejército de Israel. Hasta ese momento las palabras de Goliat no habían causado más que temor e incertidumbre en todos aquellos que escuchaban, pero esta vez las palabras de Goliat fueron escuchadas por un hombre que reaccionó de forma diferente, “... las oyó David” dice el texto bíblico (vs.23). Y tan pronto David escuchó la arrogancia y el desprecio con que hablaba el filisteo y vio cómo se adelantaba ante el ejército de Israel haciendo más humillante su desafío, una serie de emociones y convicciones comenzaron a aflorar en su corazón.
David no piensa en la estatura de Goliat ni en su acorazada e impresionante armadura; no mide el alcance y la capacidad de impacto de su lanza; no considera la ventaja que le ofrece el tener un escudero a su disposición; David no considera de momento ninguna de estas cosas, solo hay algo que en él causa honda impresión :
"¿Quién es este filisteo incircunciso, para que provoque a los escuadrones del Dios viviente?(vs.26)
David piensa, este hombre es, a fin de cuentas, un filisteo incircunciso (alguien ajeno al Dios del pacto); este hombre es causa de oprobio para Israel y en realidad está retando a los escuadrones del Dios viviente.
Mientras que los hombres de Saúl se consideraban a sí mismos en relación con Goliat y medían sus posibilidades solo según la estima humana, David medía al gigante en relación con Dios y estimaba sus posibilidades de victoria de acuerdo con los recursos divinos. Mientras que para unos esto se trataba de una batalla que solo se podía decidir por la fuerza y potencia humana de combate, David considera que esta batalla es en primer lugar un conflicto espiritual que atañe directamente a los asuntos de Dios, y él está convencido de que Dios no dejará que su santo nombre sea pisoteado y deshonrado. 
Detrás de muchos de nuestros cotidianos problemas lo que se esconde en realidad es un conflicto de dimensiones y alcances mayores, el conflicto entre los propósitos de Dios y el asedio del enemigo por intentar frustrarlos. El conflicto de la gloria y honra del nombre de Dios y el intento del maligno por injuriar y blasfemar el nombre de Dios usando como trampolín nuestras debilidades y nuestra falta de resolución para dar la batalla.

Principio:  Debemos evaluar y ponderar todas las cosas en la perspectiva de los  propósitos de Dios, y no solamente según la óptica humana y terrenal.

Mientras que unos huyen ante las injurias de Goliat y otros se mantenían a distancia prudencial, el pueblo tiene que llevar su humillación a cuestas y el nombre de Dios tiene que esperar por la manifestación de algún hombre de fe que haga silenciar la voz del inicuo. Pero Dios siempre se provee de sus instrumentos para vindicar la gloria de su propio nombre. Creo que es significativo que David llegase al campamento pasados 40 días (la misma duración del diluvio, del tiempo de Moisés en la montaña, del Señor en el desierto), porque Dios en su soberanía permite al maligno desarrollar parte de sus planes para probar a los suyos, para fortalecer la fe de su pueblo, para adiestrar las manos de su pueblo para la batalla, pero llegado el tiempo determinado por Dios, se ejecutará la sentencia y los enemigos de Dios serán derrotados y la gloria del nombre de Dios será reconocida y exaltada.

4.- David ante Saúl (vs.31-37) 
      Tan pronto se esparce el rumor de que hay un hombre dispuesto a hacer frente al odioso filisteo deciden presentarlo ante el rey Saúl. Los soldados, creo que con cierto entusiasmo, llevaron a David ante Saúl; ¿Qué vieron los soldados en él? quizá su disposición, o su valor, o su fe, o su firme decisión de ir a pelear, pero, Saúl, si estaba expectante y ansioso por ver al guerrero que le haría frente a Goliat,  se decepcionó por completo al ver a David, e incluso intenta hacerle desistir en su ingenuo deseo diciéndole: “No podrás tú ir contra aquél filisteo, para pelear con él; porque tú eres muchacho, y él un hombre de guerra desde su juventud” (vs.33) Saúl quizá teme colocar el destino de la nación en las inexpertas manos de un muchacho, en un combate que de seguro no podría ganar, pero David no es un simple e ingenuo muchacho idealista, es ante todo un creyente, es alguien que ha tenido experiencias reales y genuinas en la presencia de Dios, es alguien que ha alcanzado victorias, por la gracia de Dios, en distintos momentos de su vida, por lo que en este punto es imposible que desista y menos por los argumentos que le presenta Saúl. David es un muchacho joven, sí, es cierto, pero es antes que eso un creyente que tiene firmes y probadas convicciones en su corazón que han sido forjadas en su caminar con su Dios.

Principio: El cristiano está llamado a ser alguien que vive y se mueve por convicciones que nacen de su relación con Dios

Un cristiano sin convicciones es un pobre cristiano digno de compasión. La convicción es hija de la fe; una fe que no engendra convicción en el corazón es de dudar que sea real. Ante la convicción nacida de la fe, todos los argumentos se debilitan y son incapaces de mantenerse en pie. Por lo que Saúl después de escuchar a David, no puede menos que decir: “Ve, y Jehová esté contigo” (vs.37).

5.- Decidiendo cómo hacer frente al enemigo (vs.38-40)
      Saúl no puede hacer desistir a David y tampoco puede acompañarle, por lo que lo menos que puede hacer por él es ofrecerle su armadura personal. David la acepta e intenta adaptarse a ella pero finalmente dice:  
Yo no puedo andar con esto, porque nunca lo practiqué. Y David echó de sí aquellas cosas. Y tomo su cayado en su mano, y escogió cinco piedras lisas del arroyo, y las puso en el saco pastoril, en el zurrón que traía, y tomó su honda en su mano, y se fue hacia el filisteo” 
(vs.39-40)

Principio: En la batalla que el creyente tiene que librar no le pueden ayudar las armas ajenas. Solo aquellas que son realmente suyas, y aquellas en que se ha ejercitado y ha llegado a ganar confianza podrán ayudarle a vencer en las horas de conflicto. 

¿Qué expectativas tenía David con relación al combate? Que de seguro saldría vencedor con la ayuda de Dios. ¿Cuánto pensaba David que duraría el combate? ¿De qué forma pensaba David que lograría vencer a Goliat? Creo que no todo estaba tan claro en la mente de David, solo que él obtendría la victoria por la gracia de Dios. Por eso el lleva su cayado en mano, pero también su honda, y además, no una o dos piedras, sino cinco. David fue al combate dispuesto a realizar los intentos que fuesen necesarios para vencer al gigante filisteo. De igual forma no se requiere que nosotros los creyentes logremos ver de antemano todos los detalles sobre cómo alcanzaremos la victoria, solo se requiere que con resolución, preparación, y disposición a perseverar vayamos al frente de batalla, que de seguro, eso sí lo podemos esperar Dios dará la victoria.
En el campamento filisteo se corrió la voz: uno de los hebreos peleará contra Goliat, de igual forma en todo el campamento de Israel. Y ambos ejércitos frente a frente rodearon el escenario del encuentro. Goliat salió al frente con su escudero tratando de divisar quién sería su adversario (vs.42-44).
Han debido causar risas las palabras de Goliat entre los soldados filisteos al afirmar que David piensa que él es un perro por cuanto viene con un palo en su mano. El diablo siempre consigue quien celebre, aplauda y ría de sus blasfemias e ironías. Todo el ejército de Israel de seguro estuvo en un tenso silencio y aún orando en sus corazones tratando de creer en la posibilidad del milagro. Pero David, el instrumento que Dios encontró dispuesto, no se perturbó en modo alguno por las palabras de Goliat. ¡Oh, los que confían en Jehová son como el monte de Sión, que no se mueve, sino que permanece para siempre! David, lleno de valor por sentir el respaldo de Dios sobre su vida, dirige su voz a su adversario para glorificar el nombre de Dios y proclamar anticipadamente la gran victoria que Dios obraría (vs.45-47):

"Tú vienes a mí con espada, lanza y jabalina; mas yo vengo a ti en el nombre de Jehová de los ejércitos, el Dios de los escuadrones de Israel, a quien tú has provocado. Jehová te entregará hoy en mi mano, y yo te venceré, y te cortaré la cabeza, y daré hoy los cuerpos de los filisteos a las aves del cielo y a las bestias de la tierra; y toda la tierra sabrá que hay Dios en Israel. Y sabrá toda esta congregación que Jehová no salva con espada y con lanza; porque de Jehová es la batalla, y él os entregará en nuestras manos"

David a su vez a estado analizando a su adversario e ideando como acometer contra él. David no va como a la ventura, el ha escogido sus piedras y ha colocado la mira en el sitio ideal, quizá el único punto vulnerable del filisteo. Si usted piensa que era imposible que David apuntase precisamente a ese lugar descubierto en la frente del gigante, debe recordar que en los tiempos de los Jueces había en Israel 700 hombres escogidos, famosos por su habilidoso uso de la honda, capaces de tirar a un cabello y no errar (Jueces 20:16).

6.- La piedra en la frente de Goliat (vs.48-51)  
      Quiero que note que la Biblia dice que "David se dio prisa y corrió a la línea de batalla contra el filisteo" (vs,48); y, una vez que Goliat cayó sobre su rostro en tierra, la Biblia dice que David corrió hacia él y tomó su espada, antes de que este se recobrase y lo acabó de matar con su propia espada (vs.51).

      Principio: Hay momentos precisos y oportunos en la batalla espiritual en los que debemos actuar con presteza y resolución sostenidos por la fe. Es el instante en que se impone la victoria forjada en la oración; es el momento en que se derriba la fortaleza enemiga y se rescatan a los prisioneros; es el tiempo de quebrantar el poder del enemigo para la gloria de Dios. 

-          Esta victoria fue, en primer lugar, una obra de Dios.
-          Fue, en segundo lugar, el resultado de la fe de David en su Dios.
-          Es, en tercer lugar, una muestra perfecta de cómo Dios usa los talentos de un hombre que se ha rendido a él para glorificar su santo y bendito Nombre.

Esta victoria marcó el inicio de la vida pública de David ante la nación de Israel. Algunos años más tarde él llegaría a ser Rey sobre la nación. Por cierto, no fue la única vez que David se enfrentó con un gigante; en una oportunidad en medio de una batalla estuvo a punto de morir a manos de un gigante a no haberle salvado uno de los hombres de su ejército (2Sam.21:15-17).

La victoria de David sobre Goliat es la victoria de aquellos que deciden depositar su confianza en Dios al enfrentar las adversidades y conflictos con el objetivo principal de que Dios sea glorificado. Es la victoria de todos aquellos que desean que el nombre de Dios no sea blasfemado sino exaltado en la vida de los hombres.

-          Cada Goliat que hoy injuria al pueblo de Dios demanda la actuación de un David
-          Mientras el pueblo de Dios se acobarde el enemigo lanzará sus improperios
-          Aunque algunos duden de nuestras motivaciones (como el hermano de David dudaba de las de David ), debemos hacer con resolución y firme convicción aquello que Dios nos ha llamado a realizar.

Yo creo que es el deseo de Dios que actuemos a la manera de David en nuestra vida personal y también en medio de nuestra sociedad. Es necesario que nos decidamos a dar la batalla por el nombre de nuestro Dios y glorioso Salvador. Solo hace falta una piedra bien colocada; lanzada en el poder del Espíritu Santo, es decir, una oración sostenida y firme, bien dirigida y bien centrada, una ofensiva decidida, un declarar sin temor la palabra de Dios en contra del enemigo, decidirnos a glorificar el nombre de Dios con los recursos y posibilidades que él ha colocado en nuestras manos. Si esto hacemos, de seguro, al igual que David, nosotros también alcanzaremos importantes victorias para la gloria de Dios.

En el amor de Jesucristo, Antonio Vicuña.

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