miércoles, 23 de agosto de 2017

SOBRE LAS INJUSTICIAS, EL JUICIO JUSTO DE DIOS Y NOSOTROS


   Pocas cosas resultan tan desalentadoras e hirientes a la conciencia como el ser víctima de injusticia y perversidad de manos de aquellos que ocupan un lugar de ley en el entramado orgánico de la sociedad. La vileza entronizada en la esfera de poder usurpando el asiento de la ley y la justicia, por su naturaleza antinatural y perversamente inmoral, ofende hasta la médula el sentir de todo aquel que tenga viva su conciencia y sensibilidad moral. No es asunto accesorio el que la Escritura deje muy en claro que en todas estas perversiones Dios ha de intervenir para juzgar y vindicar el orden moral y de justicia que, se crea o no, impera en la vida de los hombres, a quienes, aún cuando no lo quieran aceptar, les resulta imposible escapar al hecho de ser agentes morales. 
   Para todos aquellos que suspiran por un poco de aliento en esta sensible área solo les quiero recordar algunas pocas palabras bíblicas al respecto…

“El testigo falso no quedará sin castigo; el mentiroso tampoco escapará” 
(Proverbios 19:5)

   No importa en qué tribunal o juicio se haya levantado y cuántos hayan aceptado su inicuo testimonio; el Dios justo preside el más elevado y prominente tribunal de justicia, por lo que no hay testigo falso que pueda salirse con la suya y evadir el castigo que el Juez Justo habrá de demandar e imponer.

“El Dios todopoderoso ha dicho: «Voy a iniciar un juicio contra ustedes. Actuaré como testigo contra los que practican la brujería, contra los que son adúlteros, contra los que hacen juramentos falsos, contra los que explotan a sus trabajadores, contra los que abusan de las viudas y de los huérfanos, contra los que maltratan a los extranjeros, y contra los que me faltan al respeto”
(Malaquías 3:5)

   Aunque esta muy seria advertencia fue dirigida a la nación de Israel constituye una válida y perfecta muestra de la naturaleza, carácter y alcances de las consideraciones que son tomadas en cuenta por el Juez de toda la tierra. Nada más podrido que la brujería, y es precisamente una de las primeras cosas en ser mencionadas. Luego, los adúlteros (hay quienes se ufanan de serlo) no son menos merecedores de ser confrontados y juzgados. El que quiera acercarse a la balanza de la justicia debe cuidarse de ser persona fiel e íntegra en cada área de su vida. Juramentos falsos. Ya de por sí un juramento es algo serio y quienes valoran el honor, la verdad, la justicia y la nobleza no lo tomarían a la ligera. Jurar falsamente con el pretendido objeto de ocultar la verdad y establecer la falsedad como fundamento es algo definitivamente aborrecible ante el Juez y debería serlo también para cada uno de nosotros. La explotación del hombre por el hombre es asunto de muy vieja data en la historia humana. Lo importante aquí es reconocer que aunque esto sea ignorado por legisladores, gobiernos, factores de poder, etc, no pasa desapercibido ente los justos ojos del Juez Supremo quien lo habrá de demandar de cada uno de los involucrados. Las viudas, los huérfanos, los extranjeros...todos ellos tienen derechos que ninguno que esté en esfera de poder debería ignorar y mucho menos vulnerar. El Juez Justo está interesado en la causa de cada uno de estos grupos “minoritarios y olvidados” y habrá de tomar decididas acciones contra aquellos que les perjudiquen. Finalmente, si respetamos al Juez viviremos justa y honestamente; y, en sentido contrario, no podemos profesar respeto por el Juez mientras permitimos que se vulneren y violenten los derechos de nuestros semejantes.  

“No habrá compasión para quienes no hayan tenido compasión de otros, pero si ustedes han sido compasivos, Dios será misericordioso con ustedes cuando los juzgue”
(Santiago 2:13)

   La vida es como un búmeran se acostumbra decir, lo cual es una buena manera de expresar el hecho de que nuestras acciones tienen repercusiones sobre otros y regresan sobre nosotros mismos. Dios ha establecido que no podemos vivir como islas, separados y desconectados de nuestros semejantes. Más aún, en ese interactuar con el otro se va estableciendo la medida y el carácter de mucho de lo que hemos de recibir y experimentar en nuestro vivir. Aún más lejos llega el asunto: el escritor bíblico nos dice que el Juez Justo mostrará compasión y misericordia según la hayamos mostrado también nosotros para con nuestros semejantes ¿Qué tal?... 

“No se dejen engañar, de Dios nadie se burla; pues todo lo que el hombre siembre, eso también segará”
(Gálatas 6:7)

   Finalmente, y en muy estrecha relación con el texto anterior, este texto bíblico nos advierte y exhorta a estar completamente claros y centrados en este asunto: de Dios nadie se burla…nadie, absolutamente nadie; el que lo considere se engaña. Y luego una afirmación (…todo lo que el hombre siembre, eso también segará) negativa o positiva según vivamos y orientemos nuestro actuar en la vida; quiero pensar y centrarme en lo positivo, agradable y trascendente: todo lo que siembre, absolutamente todo, eso también cosecharé. Tal vez no de quien yo creí o esperé, tal vez no de la manera como yo anticipaba y pensaba, tal vez no en el tiempo y circunstancias que imaginé, pero todo eso y más, porque Dios es Juez Justo y bueno, eso cosecharé… 

   Antonio Vicuña.
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